lunes, 26 de diciembre de 2016

El Escritor y sus Verdades (El Ocaso de la Narrativa)

  


    
     Un día mientras caminaba descalzo por la playa me tope con un objeto que increíblemente no esperaba para nada ver en un lugar como ese. Al detener mi zancada ligera, inmediatamente me quedé atónito y sorprendido con lo que allí ahora estaba descansando. Frente a mis ojos y apostado justamente a la orilla del mar, un enorme árbol, de casi más de cinco metros de altura reposaba sobre la línea costera mientras a su vez era empujado suavemente por las olas.
     Lo que me impresiono, no fue solo el tamaño del enorme árbol, pues se podían ver fácilmente sus raíces expuestas al aire con su enorme tronco agujereado por la sal, aquel descubrimiento me había llamado la atención precisamente, porque estaba totalmente seguro que la noche anterior aquel enorme tronco no había estado allí.
     Mi abuelo que en ese momento me acompañaba noto mi sorpresa y se acercó a mí con una sonrisa amigable. Me explico pacientemente que la noche anterior había ocurrido una feroz tormenta en la mar y que la potencia de las mismas era capaz de llevar hacia la playa enormes objetos que flotaban en el océano y que con anterioridad habían caído en el mar profundo.
   Lo que me dijo en ese momento pude corroborarlo con posterioridad, cuando ese mismo día al caminar por el resto de la bahía mis acompañantes y yo encontramos toda clase de objetos desconocidos y de increíble tamaño desparramados por todo aquel lugar. Entre ellos estaba el cadáver de un pez globo que descansaba de costado sobre la tierra, recuerdo perfectamente que su piel estaba gris y sus labios yacían casi con una tonalidad rosácea. Una experiencia que nunca podremos olvidar.
     Hoy en día, sin embargo muchos años después aquel momento vuelvo a encontrarme atónito ante aquellos extraños objetos que salen inesperadamente hacia la playa de nuestras vidas desde ese digitalizado mar que todos llamamos el Internet.
     Como escribí recientemente en un reconocido diario local: “Es una irrefutable verdad, que todos y cada uno de nosotros llevamos un escritor escondido muy adentro, uno que inevitablemente a veces desea sobresalir”. No es por tanto muy difícil darse cuenta de que el ancho y profundo mar de la web no es ahora más que el depósito de una incontable cantidad de materiales que flotan a la deriva y que son arrastrados por tormentas masivas con el propósito de llevarlas hasta nuestras manos, objetos todos creados por la mano de aquellas personas que quieren dejar salir al escritor que llevan encerrado dentro de ellos mismos. Sin embargo lo desconcertante de ello es la naturaleza de esos materiales, realmente distantes de toda calidad y más parecidos al cadáver de pez globo que se descomponía sin vida sobre la playa: Ebooks, Libros manuscritos, y una incontable cantidad de novelas de autores noveles adolescentes los cuales esperan que usuarios navegadores en digital se conviertan en sus lectores en un día.
    La sorpresa que hoy en día siento al ingresar en estas páginas de literatura es exactamente la misma que sentí aquellos años. ¿Qué está haciendo la literatura en internet? ¿Cómo es que el internet está siendo usado como editorial de noveles que creen tener talento? ¿Es posible que de la web pueda saltar literalmente el próximo acontecimiento mundial?







    El mundo tiene que comprender que hay una gran diferencia entre ser escritor y ser novelista. Escritores somos todos, pues en esencia cada quien escribe las páginas de su vida, y cualquier persona se ha expresado en algún determinado momento de su vida con las letras, pero novelistas en realidad existen muy pocos, a quienes verdaderamente puedan asignársele dicho título. El talento de la escritura no se basa en la narrativa, sin embargo es por causa de la comercialidad moderna que ha llevado a las novelas a ser sinónimo del mismo. Y con ello, también se ha llevado a la tergiversación del concepto que se tenía sobre el mismo creador: Hoy en día que una persona tenga aptitudes para escribir un libro, no significa que pueda de catalogarse como “inteligente” y mucho menos “intelectual”. Quizá más de creativo e imaginativo, pero de inteligente no, puesto que la misma palabra es global por lo que puede aplicarse en múltiples casos y manifestaciones artísticas humanas. Por el otro lado, de la didáctica se aprende mucho más que de la narrativa, cosa que por experiencia propia lo puedo afirmar.



   

   

    El también turismo literario, eje de importantes travesías modernas ya se encuentra en pleno apogeo desde hace ya varias décadas. Hoy en día, los nacientes autores adolescentes se están formando con una idea muy abstracta de en lo que consiste la verdadera literatura. Portales web como Wattpad son un ejemplo de los lugares en los que miles de autores púberes alrededor del mundo se refugian en su mundo literario particular. Por otra parte en la literatura clásica ya verdaderos fenómenos de ventas quedan muy pocos. Autores como por ejemplo, Dan Brown ya no inspiran. Pues el mismo no es un fenómeno mundial, como varias veces él ha querido autodenominarse. Quizá lo haya sido en tiempos en los que su “Código Da Vinci” rompía records en cartelera, pero la polémica temática que abordo fue extraída de otras investigaciones y su fórmula principal ha caído en una rutinaria saga de la cual ya nunca podrá escapar.
    Para todos esos autores noveles que desean comenzar una carrera en las artes literarias, les puedo aconsejar, que tengan mucho cuidado con la manera en como conducen sus proyectos de literatura. Pongan pie sobre la tierra y no se convenzan así mismos de que sus trabajos serán los próximos bestsellers del mañana, quizá puedan serlo, pero para ello será necesario mas esfuerzo del que creen.
    Quizá ha llegado el momento en el que la literatura deba ser lo que fue hace quinientos años cuando Gutenberg creo la imprenta en el año 1453 de nuestra era, pues este solo pensó en crear un ligero proyecto empresarial con el propósito de difuminar la cultura por su nación, y no ser el asiento de miles de almas con ilusiones incólumes que ven en la literatura un verdadero refugio cuando en realidad esta no es más que la prolongación intelectual de una verdadera planta carnívora: Se cierne sobre las miles de repisas con aspecto atractivo y seductor, con libros que incitan a su devorado eficaz, con olor a nuevo, exhibiendo el sello de editoriales importantes, sin embargo, una vez que esta ha logrado tocar el corazón humano, y convence a las personas para ser escritores, la literatura no hace más que atrapar sus mentes y devorarlas con el ácido veneno de la imposibilidad editorial, matando, consumiendo y robando el tiempo y creatividad de muchos quienes su alma ya ha adquirido en esta su solo sentido.
     No es mi intención a través de este texto, señalar o juzgar al trabajo de todos aquellos que están poniendo en práctica esa pluma con la que han nacido, solo pretendo advertir que el mundo editorial de por si no es nada sencillo. Y para quien piense lo contrario, le ofrezco mis disculpas, me retiro y dejo asi que los puros hechos, hablen por sí mismos.














No hay comentarios: