
Un día mientras caminaba
descalzo por la playa me tope con un objeto que increíblemente no esperaba para
nada ver en un lugar como ese. Al detener mi zancada ligera, inmediatamente me quedé
atónito y sorprendido con lo que allí ahora estaba descansando. Frente a mis
ojos y apostado justamente a la orilla del mar, un enorme árbol, de casi más de
cinco metros de altura reposaba sobre la línea costera mientras a su vez era empujado
suavemente por las olas.
Lo que me impresiono, no fue
solo el tamaño del enorme árbol, pues se podían ver fácilmente sus raíces
expuestas al aire con su enorme tronco agujereado por la sal, aquel descubrimiento
me había llamado la atención precisamente, porque estaba totalmente seguro que la
noche anterior aquel enorme tronco no había estado allí.
Mi abuelo que en ese momento me acompañaba
noto mi sorpresa y se acercó a mí con una sonrisa amigable. Me explico
pacientemente que la noche anterior había ocurrido una feroz tormenta en la mar
y que la potencia de las mismas era capaz de llevar hacia la playa enormes
objetos que flotaban en el océano y que con anterioridad habían caído en el mar
profundo.
Lo que me dijo en ese momento pude
corroborarlo con posterioridad, cuando ese mismo día al caminar por el resto de
la bahía mis acompañantes y yo encontramos toda clase de objetos desconocidos y
de increíble tamaño desparramados por todo aquel lugar. Entre ellos estaba el
cadáver de un pez globo que descansaba de costado sobre la tierra, recuerdo
perfectamente que su piel estaba gris y sus labios yacían casi con una
tonalidad rosácea. Una experiencia que nunca podremos olvidar.
Hoy en día, sin embargo muchos
años después aquel momento vuelvo a encontrarme atónito ante aquellos extraños
objetos que salen inesperadamente hacia la playa de nuestras vidas desde ese
digitalizado mar que todos llamamos el Internet.
Como escribí recientemente en un
reconocido diario local: “Es una
irrefutable verdad, que todos y cada uno de nosotros llevamos un escritor
escondido muy adentro, uno que inevitablemente a veces desea sobresalir”. No
es por tanto muy difícil darse cuenta de que el ancho y profundo mar de la web
no es ahora más que el depósito de una incontable cantidad de materiales que
flotan a la deriva y que son arrastrados por tormentas masivas con el propósito
de llevarlas hasta nuestras manos, objetos todos creados por la mano de
aquellas personas que quieren dejar salir al escritor que llevan encerrado
dentro de ellos mismos. Sin embargo lo desconcertante de ello es la naturaleza
de esos materiales, realmente distantes de toda calidad y más parecidos al
cadáver de pez globo que se descomponía sin vida sobre la playa: Ebooks, Libros
manuscritos, y una incontable cantidad de novelas de autores noveles
adolescentes los cuales esperan que usuarios navegadores en digital se
conviertan en sus lectores en un día.
La sorpresa que hoy en día siento
al ingresar en estas páginas de literatura es exactamente la misma que sentí
aquellos años. ¿Qué está haciendo la literatura en internet? ¿Cómo es que el
internet está siendo usado como editorial de noveles que creen tener talento?
¿Es posible que de la web pueda saltar literalmente el próximo acontecimiento
mundial?
El mundo tiene que comprender que hay una gran
diferencia entre ser escritor y ser novelista. Escritores somos todos, pues en
esencia cada quien escribe las páginas de su vida, y cualquier persona se ha
expresado en algún determinado momento de su vida con las letras, pero novelistas
en realidad existen muy pocos, a quienes verdaderamente puedan asignársele dicho
título. El talento de la escritura no se basa en la narrativa, sin embargo es por
causa de la comercialidad moderna que ha llevado a las novelas a ser sinónimo
del mismo. Y con ello, también se ha llevado a la tergiversación del concepto
que se tenía sobre el mismo creador: Hoy en día que una persona tenga aptitudes
para escribir un libro, no significa que pueda de catalogarse como
“inteligente” y mucho menos “intelectual”. Quizá más de creativo e imaginativo,
pero de inteligente no, puesto que la misma palabra es global por lo que puede
aplicarse en múltiples casos y manifestaciones artísticas humanas. Por el otro
lado, de la didáctica se aprende mucho más que de la narrativa, cosa que por
experiencia propia lo puedo afirmar.
El también turismo literario, eje
de importantes travesías modernas ya se encuentra en pleno apogeo desde hace ya
varias décadas. Hoy en día, los nacientes autores adolescentes se están
formando con una idea muy abstracta de en lo que consiste la verdadera
literatura. Portales web como Wattpad son un ejemplo de los lugares en los que
miles de autores púberes alrededor del mundo se refugian en su mundo literario
particular. Por otra parte en la literatura clásica ya verdaderos fenómenos de
ventas quedan muy pocos. Autores como por ejemplo, Dan Brown ya no inspiran.
Pues el mismo no es un fenómeno mundial, como varias veces él ha querido autodenominarse.
Quizá lo haya sido en tiempos en los que su “Código Da Vinci” rompía records en
cartelera, pero la polémica temática que abordo fue extraída de otras
investigaciones y su fórmula principal ha caído en una rutinaria saga de la
cual ya nunca podrá escapar.
Para todos esos autores noveles
que desean comenzar una carrera en las artes literarias, les puedo aconsejar,
que tengan mucho cuidado con la manera en como conducen sus proyectos de
literatura. Pongan pie sobre la tierra y no se convenzan así mismos de que sus
trabajos serán los próximos bestsellers del mañana, quizá puedan serlo, pero
para ello será necesario mas esfuerzo del que creen.
Quizá ha llegado el momento en el
que la literatura deba ser lo que fue hace quinientos años cuando Gutenberg creo
la imprenta en el año 1453 de nuestra era, pues este solo pensó en crear un
ligero proyecto empresarial con el propósito de difuminar la cultura por su
nación, y no ser el asiento de miles de almas con ilusiones incólumes que ven
en la literatura un verdadero refugio cuando en realidad esta no es más que la
prolongación intelectual de una verdadera planta carnívora: Se cierne sobre las
miles de repisas con aspecto atractivo y seductor, con libros que incitan a su
devorado eficaz, con olor a nuevo, exhibiendo el sello de editoriales importantes,
sin embargo, una vez que esta ha logrado tocar el corazón humano, y convence a
las personas para ser escritores, la literatura no hace más que atrapar sus
mentes y devorarlas con el ácido veneno de la imposibilidad editorial, matando,
consumiendo y robando el tiempo y creatividad de muchos quienes su alma ya ha
adquirido en esta su solo sentido.
No es mi intención a través de
este texto, señalar o juzgar al trabajo de todos aquellos que están poniendo en
práctica esa pluma con la que han nacido, solo pretendo advertir que el mundo
editorial de por si no es nada sencillo. Y para quien piense lo contrario, le
ofrezco mis disculpas, me retiro y dejo asi que los puros hechos, hablen por sí
mismos.
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